En mi
artículo anterior les hablé de Isabela Moctezuma, la primer mexicana que llevó en su vestir, la moda nativa de México y la europea. Isabela me pareció el
mejor personaje para hablarles dentro del periodo de la conquista, ahora
quisiera escribir sobre una mujer que fue toda una trendsetter de la moda para
su época y marco su influencia en nuestra religión y cultura hasta hoy en día.
Ella vivió
durante el periodo de la colonia en
Puebla y hay varias versiones de su historia, pero todas encierran la misma idea: Mirra fue una princesa india que se acordó
ser vendida a Diego
Carrillo de Mendoza y Pimentel, marqués de Gelves y virrey de Nueva España, pero antes de ser entregada,
esta fue raptada por piratas portugueses y llevada al sur de la India. En ese sitio, escapó de sus
raptores y se refugió en una misión jesuita, donde fue bautizada con el nombre de Catarina de San Juan. Mirra fue
raptada nuevamente por los piratas y la entregaron en Manila a un segundo mercader quien
luego la llevó a la Nueva España. Pero la llevaron al puerto de Acapulco, en lugar de entregarla al
marqués de Gelves, el mercader la vendió como esclava al comerciante poblano
don Miguel de Sosa por diez veces el valor que el virrey había prometido por
ella.
En esa época las relaciones comerciales entre México y Asia
eran muy importantes, el 80% de las importaciones eran sedas, encajes, chales, cortinas, medias y
otros artículos textiles. Después de pasar por México esta ruta comercial, El Galeón de Manila o Ruta Nao de China,
continuaba una parte hasta Perú y otra hasta España. De ahí la moda flamenca de
los chales negros y la moda de chales en cultura mexicana. En fin, era muy
normal ir al mercado de Acapulco a buscar nuevas mercancías y esclavos, todo
era llamado chino, porque era traído de oriente, así comenzaron a llamarles a
los esclavos asiáticos indios chinos!
Justamente así fue traída Mirra, cuentan que al desembarcar causó mucho interés esta “china”
porque traía zapatillas brillantes,
chales, ropa muy decorada en colores vivos, largas trenzas y vestía toda una
indumentaria nueva. La pobre era muy joven al llegar a México, nunca aprendió
el español y seguramente vivió un shock emocional y cultural con tantos cambios
en su vida. Lo que hizo para sobrellevar todo esto, fue bordar. Mirra bordó todos los recuerdos de su hogar, hasta que
empezó a bordar en la ropa de sus amos y su estilo se volvió muy popular. Todos
querían llevar este estilo y se consideraba que los esclavos “indios chinos”
eran muy buenos para este tipo de actividades y para la barbería.
De este modo, sin percatarse de muchas cosas que sucedían a
su alrededor Mirra o Catarina de San Juan, marcó un nuevo estilo con su talento al bordar, que se convirtió en
símbolo de distinción y estatus
económico - social en la época (mientras mas bordado estaba una prenda, más
esclavos se tenían para su confección.)
Estos trajes inspirados por la pequeña china poblana, como
después se la llamó, siguen siendo hoy en día un pasaporte internacional para
México, llenos de color y opulencia,
cuentan sobre nuestra cultura, abundancia y diversidad cultural. Donde sea que nos encontremos es un orgullo
reconocer lo popular y bien recibida que es nuestra cultura, como lo es la de
la china poblana y otras artes textiles
mexicanas. Talvez todos los mexicanos llevamos una Catarina de San Juan en
nosotros, al estar lejos de México recordamos nuestro hogar, arte y colorido,
lo llevamos siempre con mucho orgullo y algo llevado con tanta convicción
siempre se voltea a ver, provocando reconocimiento y admiración.
Wow! yo no sabía de dónde venía ese concepto de china poblana, está muy interesante! gracias!
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